DE RIESGO EN RIESGO...
Ha causado bastante conmoción en algunos la explicación que se ha ofrecido con respecto de la misión redentora de nuestro Señor Jesucristo. Se ha establecido lo que se ha llamado "La Teoría del Gran Riesgo".
¿Qué es "LA TEORÍA DEL GRAN RIESGO"? ¿De qué se trata en realidad?
Simplemente se trata de lo que, según se ha dicho, se puede entender si decimos que "Jesucristo, como humano, al enfrentar las tentaciones de la carne, pudo haber pecado, como lo expresa la Escritura":
"Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados." (Hebreos 2:18)
"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado." (Hebreos 4:15)
En la explicación se dice que de Jesucristo haber caído [pecado], obviamente Dios hubiese tenido que "ingeniárselas" para poder lograr el propósito ya delineado en SU PLAN.
Si aceptamos la infalibilidad de DIOS como algo real, verídico, entonces no podemos creer [aceptar] que Jesucristo fácilmente pudo haber pecado.
Pero sin más explicación, entonces fácilmente también estaríamos corriendo el RIESGO de aceptar la conclusión de que si Jesucristo pudo haber pecado, entonces Dios sí se estaba corriendo "UN GRAN RIESGO" en el proceso.
Y si con el fundamento de la infalibilidad de Dios, fundamento que es bíblicamente correcto, decimos que Jesucristo, aunque humano, ERA DIOS, y que por lo tanto no podía pecar, sí estamos corriendo el RIESGO de que esa postura se pueda interpretar como que estamos diciendo que "JESUCRISTO NO VINO EN LA CARNE", lo que nos pone en RIESGO de que estamos aceptando el "espíritu del anticristo", en contra de lo cual somos advertidos en 1 Juan 4:1-3:
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo."
Surgen, entonces las interrogantes: ¿cuál es la verdad en este asunto?
¿Cómo EXPLICAR, con la verdad, la supuesta "TEORÍA DEL GRAN RIESGO"?
¿Cómo entender, eso que Juan nos señala es "el espíritu del anticristo"?
Decididamente eso de "EL GRAN RIESGO", no armoniza con la Palabra de Dios. No es cierto que Dios se estuviera corriendo RIESGO alguno al DETERMINAR "desde antes de la fundación del mundo" que Jesucristo vendría a pagar por el pecado del hombre, como leemos en 1 Pedro 1:18-20:
"sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,"
¡Dios reina SUPREMO; ÉL ES OMNISAPIENTE Y TODOPODEROSO! Y lo que ÉL determina se hará, ¡es una realidad! Nada, absolutamente NADA puede dar al traste con lo establecido por DIOS, el creador y AUTORIDAD SUPREMA.
Con todo, JESUCRISTO fue humano. ÉL VINO EN LA CARNE. La Escritura nos afirma que la carne no puede heredar el REINO DE DIOS: "Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción" (1 Corintios 15:50); " Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" (Juan 3:5-6).
Como humano JESUCRISTO ERA DIOS. De acuerdo. Absolutamente. Esto se confirma cuando leemos Isaías 7:14:
"Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre EMANUEL (¡DIOS CON NOSOTROS!)".
Jesucristo era humano. ¡Y también era DIOS! En esto no hay duda. La cuestión, en esencia es: como Dios, obviamente no había ni la más remota posibilidad de que Cristo incurriera en pecado.
Pero, ¿qué tal como humano? ¿De veras que como humano Cristo muy bien pudo haber pecado? ¿Qué nos dice la Escritura?
"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado EN TODO según nuestra semejanza, pero SIN PECADO" (Hebreos 4:15).
¡SIN PECADO! ¡Fantástico! ¡Dios no falló en SU PLAN! ¡Imposible! Su determinación "desde antes de la fundación del mundo" prevaleció. ¡Jesucristo no pecó!
Pero, ¿por qué razón Él no pecó? ¿ Qué lo mantuvo en actitud y acción perfecta, agradable, en TODO INSTANTE?
Permitamos que la Palabra de Dios nos conteste.
" Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: 'Tú eres mi Hijo, YO te he engendrado [te he creado, te he formado, te he hecho nacer] hoy'. Como también dice en otro lugar: 'Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec'. Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas AL QUE LE PODÍA LIBRAR DE LA MUERTE, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; Y FUE DECLARADO POR DIOS sumo sacerdote según el orden de Melquisedec" (Hebreos 5:5-10).
Analicemos un detalle por demás clave en este pasaje; dice en el versículo 7: ”... al que le podía librar de la muerte..."
Si Cristo, como humano, pudo haber muerto [pudo haber pecado... "Porque la paga del pecado es muerte...", Romanos 6:23a], a menos que alguien mayor que Él [DIOS EL PADRE] le librara de una muerte segura, LE LIBRARA DE INCURRIR PECADO. El Señor afirmó: "Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo", Juan 14:28),
¿Qué nos dice Jesucristo mismo con respecto de su condición de humano?
"Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero" (Juan 5:31-32). En el verso 34 Cristo dice: "... yo no recibo testimonio de hombre alguno...", aclarando que estaba refiriéndose AL PADRE en los versos anteriores, y como lo confirma el versículo 37 de ese mismo capítulo: "También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto".
Más aún dice el Señor: "...el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de Él, esto hablo al mundo. Pero no entendieron que les hablaba del Padre. Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que YO SOY, Y QUE NADA HAGO POR MÍ MISMO, sino que según me enseñó el Padre, así hablo, PORQUE EL QUE ME ENVIÓ CONMIGO ESTÁ; no me ha dejado solo el Padre, porque YO HAGO SIEMPRE LO QUE LE AGRADA" (Juan 8:26-29).
Y también: "...de cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo..." (Juan 5:19)
Y en Juan 14:10: "...el Padre que mora en mí, ÉL HACE LAS OBRAS."
Jesús dijo: "Mi Padre... es mayor que todos..." (Juan 10:29). Y: ”...el Padre mayor es que yo" (Juan 14:28).
Durante toda su vida terrenal, Cristo, en todo momento exaltó al Padre. Siempre dio crédito a DIOS EL PADRE. Él muy bien sabía que como humano podía fallar. Pero también sabía que como el Padre era mayor que Él, y que como el Padre estaba en Él, eso le permitiría vivir en obediencia perfecta. Esa confianza, esa seguridad plena en el poder y la voluntad de SU PADRE, a quien conocía muy bien ("Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra", Juan 8:55), le ayudaban a mantener en todo momento una actitud y acción perfecta, agradable al Padre.
Jesucristo, como humano, pudo haber fallado. Pero no como DIOS. Y ÉL ERA DIOS EN LA CARNE.
Surge ahora otra interrogante, muy clave por cierto.
¿Cómo nos explica la Escritura que DIOS podía existir simultáneamente en carne y en DIVINIDAD en la misma persona, si la mismo Escritura nos dice que la carne no puede heredad [participar] [d]el REINO DE DIOS?
Las mismas palabras de Cristo nos contestan: "EL PADRE QUE MORA EN MÍ, ÉL hace las obras" (Juan 14:10).
La DIVINIDAD DEL PADRE siempre estuvo presente en la vida humana de SU HIJO. Fue DIOS EL PADRE el que lo engendró por medio de SU ESPÍRITU SANTO ("Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios", (Lucas 1:35); "Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es", Mateo 1:20).
Y el PADRE le dio SU ESPÍRITU A SU HIJO EN TODA SU PLENITUD ("Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.", Juan 3:34).
No podemos dejar a DIOS EL PADRE fuera, es decir, retirado allá en algún lugar del cielo, abandonando a SU HIJO a "la buena suerte" de su condición humana.
Claramente Cristo dijo: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:17). Y también nos dice que el Padre siempre le escuchaba ("Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado", Juan 11:41-42). Y en Juan 8:29: "EL QUE ME ENVIÓ, CONMIGO ESTÁ; NO ME HA DEJADO SOLO EL PADRE..."
Ciertamente había proximidad, contacto directo entre el Padre y el Hijo. El Padre no estaba retirado en algún lugar alejado de Su Hijo.
"EL PADRE mayor es que yo", dijo Jesús. El PADRE es tan responsable de SU OBRA como lo es SU HIJO JESUCRISTO. Ambos trabajan en armonía perfecta; AMBOS trabajan con un mismo propósito. Por eso Cristo dijo: "Yo y el Padre UNO SOMOS " (Juan 10:30).
DIOS EL PADRE siempre ha estado ocupado en SU OBRA, desde "antes de la fundación del mundo". Y desde ese entonces ÉL había determinado la obra que haría con y a través de aquel SER que VOLUNTARIAMENTE se brindaba SIEMPRE a hacer la voluntad de Dios. La Escritura lo confirma en estos versos:
"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2:5-8).
"Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí" (Hebreos 10:7).
"Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada" (Juan 8:29).
En JESUCRISTO estaba la PLENITUD del PADRE. Leamos los siguientes pasajes:
"por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud" (Colosenses 1:19)
"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad... Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia" (Juan 1:14,16)
"El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él" (Juan 3:31-36)
"Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios" (Juan 8:54)
"Yo y el Padre uno somos" (Juan 10:30)
"Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras" (Juan 14:7-11)
"El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos" (Lucas 4:18).
Por eso ÉL ERA DIOS mientras simultáneamente también era humano. La PLENITUD DE DIOS EL PADRE ESTABA EN EL HIJO humano.
Si nos concentramos enteramente en Jesucristo el HIJO, e ignoramos la presencia de DIOS EL PADRE en el HIJO, fácilmente corremos el RIESGO de rechazar la VERDAD de que CRISTO vino en la carne, con el RIESGO mayor aún de aceptar el "espíritu del anticristo". Y hay otro RIESGO más: nos sucedería como a muchos de los contemporáneos de Cristo que "no entendieron que les hablaba del Padre" (Juan 8:27). En este mismo contexto de la Obra que Dios el Padre hizo en y con SU HIJO, Pablo nos dice: "Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan... Si en esta vida SOLAMENTE esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres" (1 Corintios 15:15, 19).
Decididamente la aceptación de "LA TEORÍA DEL GRAN RIESGO" no es apropiada para el correcto entendimiento de la VERDAD.
Tampoco es saludable la idea de ir de RIESGO EN RIESGO en nuestra relación [comunión] espiritual con esa FUERZA SUPREMA, ETERNA, OMNISAPIENTE Y TODOPODEROSA que son DIOS EL PADRE Y SU HIJO JESUCRISTO, con quienes es nuestra comunión verdadera ("lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo", 1 Juan 1:3).
Dios el PADRE había determinado que SU HIJO JESUCRISTO cumpliría exitosamente la tan EXCELSA misión que él voluntariamente se ofreció a cumplir: la de morir por los pecados de todos los hombres. Y DIOS EL PADRE velaría, como así lo hizo, porque Su voluntad se cumpliera al pie de la letra.
Jesucristo dijo: "los cielos y la tierra pasarán; pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35); y además: "Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:18).
La palabra de DIOS es LEY. Lo que DIOS determina es LEY. Y ni una jota ni una tilde de la Ley pasará [podrá anularse] para que no se cumpla la voluntad de DIOS. Así leemos en Isaías 55:10-11:
"Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié".
Por alguna razón MUY EXCELSA Cristo siempre EXALTÓ, LE DIO EL CRÉDITO AL PADRE. En SU VIDA humana lo reconoció hasta el fin. La OBRA que él realizó, no la realizó por sí mismo, en su condición de humano, sino que "¡EL PADRE QUE MORA EN MÍ, ÉL HACE LAS OBRAS!" (Juan 14:10b) y "Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente" (Juan 5:19).
La decisión de despojarse de aquella gloria que tuvo y humillarse hasta la condición de siervo [humano], y confiar plenamente en que EL PADRE era perfectamente fiel y TODOPODEROSO para cumplir lo que ya había determinado, es un crédito muy especial en la MISIÓN REDENTORA de nuestro Señor Jesucristo. Es un crédito que ningún ser humano, fuera de Jesucristo humano, puede reclamar. Ello es la parte MÁS EXCELSA del sacrificio de nuestro Señor por nosotros... lo verdaderamente GRANDE de su MISIÓN REDENTORA.
...creer lo contrario acarrea el riesgo de aceptar "el espíritu del anticristo".
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